PERDIDO
Me he acostumbrado tanto a esperarte
que no soportaría verte llegar.
Aquí las únicas dos cosas reales son
tu viaje y mi puerto.
Prefiero saberte muerto que seguir buscándote en esta vida. Llorarte así, al fin, en la despedida que merezco. Dejar de oír tu voz en cada soplido de brisa y no girar cuando la sombra me sorprenda.
Prefiero verte de ojos cerrados a sentir que mientras duermo me miras. Saber sin energía tus piernas para que no bailes más entre las cortinas.
Muerto, podré comenzar a soñar otras cosas, seguir otros rastros y procurar que al menos uno de los dos se salve de esta incertidumbre.
Lloraría todo lo que no he llorado. Lloraría completo al dejarte ir. Comprendería glorioso que te has marchado a un lugar al que no te puedo seguir.
¡Pero vives! Siento que vives en todos lados y para desgraciada de quienes esperamos, los recuerdos no son pistas, son sólo recuerdos y al único destino al que llevan es al pasado.
Grito tu nombre con la empedernida esperanza de que algún eco mío te encuentre y te regrese de nuevo a mis brazos, hijo mío.
FM 14-09-2013
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